Fracasar para avanzar

Hace unos de años sufrí una decepción al ser rechazada para hacer mis prácticas curriculares en “la consultoría de comunicación de mis sueños”. ¿Motivo? Perfil sobrecualificado.

Desafortunadamente, es un feedback que empieza a ser bastante más común de lo que nos gustaría. Según el último informe de la Comisión Europea sobre la evolución del mercado laboral y los salarios, “el 37,7% de las personas empleadas tiene una formación que supera las necesidades de su puesto de trabajo. Si miramos esta sobrecualificación en mujeres, la cifra asciende al 41%”[1].

Sin embargo, y para mi total asombro, mis prácticas no eran profesionales, ni eran optativas, las necesitaba para graduarme. En aquel momento pensé: -¿Cómo puede ser? Si la plaza es un convenio cerrado, se adjudica al estudiante con mejor nota de los solicitantes y esa persona soy yo, ¿Me pueden rechazar?-

Llevaba un año y medio compaginando ese máster con mi trabajo, los cuidados de un bebé de 18 meses, un embarazo complicado y un posterior postparto de locos entre exámenes, proyectos, biberones y pañales. Mi mente sólo repetía:

 

«Esa plaza es mía, tiene que haber un error»

 

La plaza nunca fue para mí. Después de varios días moviendo cielo y tierra, decidí cambiar el enfoque, buscar alternativas para poder graduarme y cerrar esa etapa.

Lo que no imaginaba es que la ventana que se abriría sería más grande que la puerta que me acababan de cerrar. ¿Qué saqué de todo aquello?

Qué aprendí de aquella experiencia

 

  1. Prepararse es importante, pero aun haciendo todo “by the book”, el éxito no está asegurado.
  2. Mi “fracaso” fue una oportunidad de aprendizaje. Me obligó a reconsiderar mi estrategia y a buscar nuevas tácticas para lograr mis objetivos. A veces un «NO», es la mejor respuesta que puedes recibir, aunque en ese momento no lo proceses como tal.
  3. No ser el candidato/a elegido no significa que tu valor sea menor. Es importante separar y, en ningún caso, dejar que nuestras emociones nos hagan sentir lo contrario.
  4. Hoy soy consciente de que “the map is not the territory”. Yo creía tener la plaza asegurada basándome en unos requerimientos que no eran los mismos que los de la persona que no me eligió. Ningunos eran mejores, eran diferentes. ¡Gracias Gènia Valls por tu clase magistral, esto ya no se me olvida!
  5. Es esencial ser agradecido con aquellas personas que SÍ ven tu valor y te ayudan a crecer y a avanzar.

Lo mejor es que ahora ese momento y mi perspectiva respecto a él son muy diferentes, he crecido como profesional y tengo dos elfos que son lo más, un poco trastos, pero extraordinariamente maravillosos.

¡Seguimos sumando!

 

[1] Gil, X., 2020. Las Empresas Españolas Discriminan A Los Aspirantes A Empleo Por ‘Sobrecualificación’ Para El Puesto. [online] Eleconomista.es. Disponible en: https://www.eleconomista.es/ecoley/buen-gobierno/noticias/10375005/02/20/Las-empresas-espanolas-discriminan-a-los-aspirantes-a-empleo-o-su-sobrecualificacion-para-el-puesto-.html